viernes, 24 de diciembre de 2010

Lo que estuvo en mi buró en el 2010.

Ya dije que duermo poco? 


En mi búró están los libros que me quitaron gratamente el sueño. Año patriótico que acaparó la atención de los editores. Desde enero, las librerías se inundaron con los temas del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución. Se reinventó a los héroes y villanos, a otros se les rescató y unos más se les descubrió.



Con dos grandes sucesos de la Historia de México al servicio de todos, fue imposible ser original y hasta tres versiones de un mismo personaje compitieron por lectores, como en el caso de Leona Vicario, que conocimos a través de La Insurgenta de Carlos Pascual, Leona de Cecila del Palacio y Leona Vicario, la insurgente de Eugenio Aguirre.



Pedro Angel Palou perfiló un nuevo retrato de Porfirio Díaz en Pobre Patria mía y fue inevitable acceder a quitarle la etiqueta de villano. Así, Matamoros, Josefa Ortiz, Morelos, Carranza, Zapata o Villa, por igual fueron pretexto para la creación literaria.



Los “moneros” se ocuparon de la crítica a los festejos y ácidos ejemplos llegaron con Historias desconocidas de la Independencia y la Revolución de Trino Camacho y Ni independencia ni Revolución de Rius.



Entrañables plumas regresaron a las mesas de novedades, tras larga espera de sus lectores. Yo no vengo a decir un discurso de Gabriel García Márquez, El asedio de Arturo Pérez-Reverte, El cementerio de Praga de Umberto Eco o Puedo explicarlo todo de Xavier Velasco.



Mención especial a Mario Vargas Llosa, que regresó a las novedades editoriales con bombo y platillo, la portada El sueño del Celta tiene en todas sus ediciones a nivel mundial la leyenda, Premio Nobel de Literatura 2010, concedido apenas el 7 de octubre. Datos para la numeralia de Vargas Llosa, “Elogio de la lectura y la ficción”, su discurso de aceptación del premio, tiene al menos 144 videos disponibles en YouTube y en menos de una semana sumaron casi 1millón de visitas.



Los vampiros, instalados desde hace años en las páginas de las novelas, se niegan a abandonar las estanterías. Guillermo del Toro y Chuck Hogan nos hicieron creer con la trama de Oscura, en la inminente desaparición de la especie humana, en medio de la guerra entre vampiros del viejo y nuevo mundo. Es ésta la segunda entrega de la Trilogía Oscuridad.



Y hablando de trilogías, el estreno de la película "Los hombres que no amaban a las mujeres" de Steig Larsson y la aparición de los libros en su versión pocket, dio a la Trilogía de Millennium un nuevo impulso a sus ventas y su consolidación como una de la mejores novelas policíacas del siglo XXI. En caso similar se hayan las sagas de Harry Potter, Crepúsculo y Narnia, que con cada filme contribuyen a la rentabilidad de sus casas editoriales y a incrementar la fortuna de sus autores y herederos.



Si claro, este año los jóvenes lectores se quedaron las ganas de un trancazo literario como las series antes mencionadas, pero los editores no desistieron en su intento por hacernos leer. Vimos nacer el paquete 18 para los 18, que en 6 libros, con tres novelas cada uno, recuperaron los mejor de la literatura mexicana para chavos de la pluma autores nacionales como José Agustín, Elena Poniatowska, Juan Villoro, José Revueltas, José Emilio Pacheco y otros.



Momentos de profunda tristeza invadieron el mundo de las letras. El 28 de febrero lamentamos la muerte Carlos Montemayor, su libro La violencia de Estado en México apenas circulaba en librerías y dejaba la novela Las mujeres del Alba como su obra póstuma. El 18 de junio, en Lanzarote, España, José Saramago, Premio Nobel de Literatura1998, se sumergía en el sueño eterno, Caín se convirtió así en su última novela publicada.



Apenas nos despertábamos con la dolorosa noticia de Saramago y un golpe más cercano nos devasto. Tras semanas de estancia en el hospital, el 19 de junio, Carlos Monsiváis puso punto final a una vida dedicada a la crónica, el ensayo y la aguda crítica. Pilar de la intelectualidad mexicana, Monsi, como le llamaban amigos y lectores, se reunió con medios de comunicación para presentar su libro de crónicas Apocalipstick; fue esa, una de sus últimas apariciones previas a su hospitalización.



No conforme la Muerte, el 22 de octubre volteó su ojos al poeta y editor nayarita, Alí Chumacero, tres compilaciones de su poesía y un comprendió de ensayos críticos conforman su herencia.

Espero que este desfile de buenas obras y recuento de malos momentos les inspiren a conocerlos.

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