jueves, 23 de febrero de 2012

Un "Alto" Estatus Social, con dos de azúcar.

Ya dije que durmo porco? En mi buró está el nuevo fetiche de la sociedad, un café.  

No les voy a dar la receta para preparar un excelente café porque ni yo misma la conozco. Nunca lo preparo yo y tengo la idea de que el café es como los tragos... Si tú te los preparas y te los sirves no es lo mismo. De ahí que todos los días pase a la cafetería a comprar el "Venti del día sin espacio para leche y dos sobres de Splenda"

Café es café y debería darnos lo mismo prepararlo en casa o comprarlo en cualquier sitio, atendiendo a que el lugar seleccionado nos ofrece una bebida que cumple con los requisitos que nuestro paladar exige. Pero nooooo!!!!! No te ven de la misma forma si tu vaso es del SevenEleven o si el vaso lleva la manga del StarBucks.

Nunca dará el mismo resultado si te invitan a tomar un café a una sofisticada cafetería que si te llevan al changarrito de Coyoacán o del Centro. Porque seamos claros, lo que menos nos importa es el cuerpo, el aroma, el sabor o la intensidad de su coloración. Este nuevo fetiche sólo comunica que "podemos pagar" un café caro. 

Tengo malas noticias. No pasamos a Cielito Lindo a Punta del Cielo o a Starbucks a comprar café!!! Pasamos a validar estatus social. Pasamos a demostrar que todos los días podemos desembolsar hasta 50 pesos en un bebida. 

Hoy por hoy, las cafeterías son el espacio wannabe para ligar, negociar, trabajar o leer (ojalá pusieran atención en su lectura y no dejaran el libro como decoración de mesa). Y por qué no, también son la forma más accesible (si pides la bebida más barata) de conectarte a internet por un largo tiempo. Sé de muchos que por 27 pesos diarios se quedan hasta 6 horas vagando en la red!!!!!

Qué chinga nos vino a parar Starbucks!!!! Su concepto de cafeteria-sala-oficina-ludoteca y sus extravagantes medidas (Alto, Grande y Venti) nos han complicado la simple acción de pedir un café.  "Un Venti Sugar Free con leche deslactosada light, frío" "Un Alto Caramel Macchiato con leche de soya y un shot extra" o mi tradicional "Venti Capuccino Light, 130 º, con dos sobres de Splenda"  A ver, recuerden la primera vez que entraron a un Starbucks y les dio tanto miedo pedir algo que mejor se fueron al Oxxo!!!!

Ya se acabó la creatividad!!!! No hay date, platica entre amigos y punto de reunión que no caiga en la cafetería!!! Y comienzas a mentir, no te gusta el café y te lo tomas no'mas pa'que no diga. Es también la mejor forma de invitar sin que te cueste!!!! Llegas, pides y cuando el otro llegué que haga lo mismo y todos tranquilos. Qué codos!!!!! 

A un alto porcentaje nos viene valiendo si el café es colombiano, mexicano, keniano, brasileño o del país que sea. A un alto porcentaje ni nos interesa saber si lo que tomamos es un buen café o es una amarga mezcla oscura. Y me incluyo sólo por solidaria, porque a mi no me vale tanto.

Preguntando a los que saben de café, me dicen "Quién sabe de café no va ni a la cafetería!!!! Tiene en casa una mezcla especial de grano, que todas las mañanas muele en su molino casero para preparar en su sofisticada cafetera un espresso!!!!" En eso coinciden los que saben, los buenos bebedores de café toman espresso, a lo mucho cortado, y nunca utilizan endulzante o edulcorante (ah, porque no es lo mismo una cosa que la otra, eh?)

Nunca pasaremos como buenos bebedores de café con un latte, un capuccino y ya mejor no hablamos de los frappussss!

Ahí se los dejo de tarea y me quedo pensando que vendrá otro post con las emociones, sentimientos y experiencias que asociamos al café, un buen tema para guardarlo en mi buró. 

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