martes, 16 de marzo de 2010

Zurdos normales.


Ya dije que duermo poco? 

En mi buró está una cuchara para zurdos. Y no es que después de treinta y tantos años me de cuenta que la necesito, sólo que pasé por una Boutique para Zurdos y me pareció el paraíso de la cosas curiosas.


Ser zurdo no es fácil pero tampoco es la gran tragedia. Visité la tienda porque ayer escuché de ella en el radio y quería ver de todo lo que me había perdido para hacer más sencillos mis días.

Qué mundo!! Teclados, tijeras, relojes, cubiertos, mouses, juegos de geometría, pupitres, libretas, cepillos de dientes y un montón de objetos que cumplieron su misión... me sentí rarita!!!! Supongo que si desde niña mis padres los hubieran puesto a mi alcance, ahora me serían totalmente familiares; sin embargo los vi exagerados, ridículos y hasta inútiles.

Verán. Ser zurdo normal, de esos que se adaptan a un mundo de diestros, es desarrollar los dos hemisferios del cerebro para poder realizar tareas tan elementales como comer o asearse.

Recuerdo que en mis primeros años de escuela escribía al revés; es decir, de la orilla de la hoja hacia el espiral y del espiral hacia el filo de la página. Mis enunciados eran así:
.selobrá ed onell orednes nu se aleucse al a onimac lE
(El camino a la escuela es un sendero lleno de árboles.)

Complicado, verdad? Bueno pues lo superé. Mi segundo recuerdo adverso por ser zurda me lleva a pensar inmediatamente en las comidas en casa de mis abuelos. Donde Don Agustín, mi querido abuelo, me daba las ragañadas de mi vida por tomar la cuchara con la mano izquierda. Cuando había comidas familiares yo era la última en comenzar porque me esperaba a ver cómo tomaban los cubiertos y luego yo los imitaba. Luego me confundía y comenzaba a comer con la derecha y terminaba con la cuchara en la otra.

Gracias a los regaños de mi abuelo y a que mis padres no detuvieron mi inclinación natural a ser zurda crecí con la gran confusión de no saber cuándo usar qué mano en qué situación, al cabo del tiempo... pues me da igual usar la mano que sea para lo que sea.

Me lavo los dientes con la derecha, recorto con la izquierda (y uso las tijeras diestras), uso el mouse normal y nunca me ha creado conflicto el teclado de la computadora. Me da igual usar los cubiertos como zurda o como diestra (más bien eso lo defino por cercanía del comensal de junto). Mi mejor letra, desde luego que es como zurda, pero si no puedo usarla tampoco me quita el sueño hacer garabatujos entendibles con la derecha.

Hace tiempo leí una frase que decía "Dios creo sólo seres perfectos, los demás son diestros", y es cierta si partimos del hecho de que existimos zurdos (jajaja me cuento entre los perfectos) que sobrevivimos en este mundo de forma tan natural y adaptada, que la gente necesita vernos escribir para darse cuenta que no somos diestros.

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